El Cuerpo y la Sangre de Cristo
Solemnidad
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 80, 17
Alimentó a su pueblo con lo mejor del trigo y lo sació con miel
sacada de la roca.
El Sacerdote dice:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
El Pueblo responde:
R/ Amén
El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo, diciendo:
El Señor esté con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
El sacerdote invita al acto penitencial diciendo:
Hermanos, para celebrar dignamente estos Sagrados Misterios, reconozcamos nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos hacen en común la
fórmula de la confesión general:
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.
Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los Santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R/ Amén
A continuación se siguen las invocaciones:
V. Señor, ten piedad
R/ Señor, ten piedad
V. Cristo, ten piedad
R/ Cristo, ten piedad
V. Señor, ten piedad
R/ Señor, ten piedad
Posteriormente se reza o canta el Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria,
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
Todopoderoso.
Señor Hijo Único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del
Padre, tú que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestras súplicas;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros.
Porque solo tú eres Santo,
solo tú Señor, solo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo, en la Gloria de Dios Padre. Amén
El sacerdote, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Todos oran en silencio durante unos momentos.Después el sacerdote, con las manos extendidas,
dice la Oración Colecta.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro Jesucristo, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
[Esta es la sangre de la
alianza que el Señor ha hecho con ustedes.]
Del libro del Éxodo 24, 3-8
En aquellos días, Moisés bajó del monte Sinaí y refirió al pueblo todo
lo que el Señor le había dicho y los mandamientos que le había dado.
Y el pueblo contestó a una voz: “Haremos todo lo que dice el Señor”. Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano, construyó un altar al pie del monte y puso al lado del altar doce piedras conmemorativas, en representación de las doce tribus de Israel.
Después mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos e inmolar novillos, como sacrificios pacíficos en honor del Señor.
Tomó la mitad de la sangre, la puso en vasijas y derramó sobre el altar la otra mitad.
Entonces tomó el libro de la alianza y lo leyó al pueblo, y el pueblo
respondió: “Obedeceremos. Haremos todo lo que manda el Señor”.
Luego Moisés roció al pueblo con la sangre, diciendo: “Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes, conforme a las palabras que han oído”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 115, 12-13. 15 y 16bc. 17-18
R. Levantaré el cáliz de la salvación.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor. R.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. R.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R.
SEGUNDA LECTURA
[La sangre de Cristo purificará nuestra conciencia.]
De la carta a los hebreos 9, 11-15
Hermanos: Cuando Cristo se presentó como sumo sacerdote que nos
obtiene los bienes definitivos, penetró una sola vez y para siempre en
el “lugar santísimo”, a través de una tienda, que no estaba hecha por
mano de hombres, ni pertenecía a esta creación. No llevó consigo
sangre de animales, sino su propia sangre, con la cual nos obtuvo una
redención eterna.
Porque si la sangre de los machos cabríos y de los becerros y las
cenizas de una ternera, cuando se esparcían sobre los impuros, eran
capaces de conferir a los israelitas una pureza legal, meramente
exterior, ¡cuánto más la sangre de Cristo purificará nuestra conciencia
de todo pecado, a fin de que demos culto al Dios vivo, ya que a
impulsos del Espíritu Santo, se ofreció a sí mismo como sacrificio
inmaculado a Dios, y así podrá purificar nuestra conciencia de las
obras que conducen a la muerte, para servir al Dios vivo!
Por eso, Cristo es el mediador de una alianza nueva. Con su muerte
hizo que fueran perdonados los delitos cometidos durante la antigua
alianza, para que los llamados por Dios pudieran recibir la herencia
eterna que él les había prometido. Palabra de Dios.
SECUENCIA
El pan que del cielo baja
es comida de viajeros.
Es un pan para los hijos.
¡No hay que tirarlo a los perros!
Isaac, el inocente,
es figura de este pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso maná.
Ten compasión de nosotros,
buen pastor, pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
y condúcenos al cielo.
Si lo parten, no te apures
solo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento
entero late el Señor.
Todo lo puedes y sabes,
pastor de ovejas, divino.
Concédenos en el cielo
gozar la herencia contigo.
Amén.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma
de este pan vivirá para siempre. R/.
EVANGELIO
[Esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre.]
Del santo Evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, cuando se sacrificaba
el cordero pascual, le preguntaron a Jesús sus discípulos: “¿Dónde
quieres que vayamos á prepararte la cena de Pascua?” Él les dijo a dos
de ellos: “Vayan a la ciudad. Encontrarán a un hombre que lleva un
cántaro de agua; síganlo y díganle al dueño de la casa en donde entre:
‘El Maestro manda preguntar: ¿Dónde está la habitación en que voy a
comer la Pascua con mis discípulos?’ Él les enseñará una sala en el
segundo piso, arreglada con divanes. Prepárennos allí la cena”. Los
discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jesús les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen: esto es mi cuerpo”. Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la
acción de gracias, se la dio, todos bebieron y les dijo: “Esta es mi
sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro
que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”.
Después de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos.
Palabra del Señor.
En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a
los enfermos.
Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle:
“Despide a la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar
alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario”. Él
les contestó: “Denles ustedes de comer”. Pero ellos le replicaron: “No
tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos
nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”. Eran como
cinco mil varones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan que se sienten en grupos
como de cincuenta”. Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después
Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos una oración de
acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos para que
ellos los distribuyeran entre la gente.
Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce
canastos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Todos se sientan y el sacerdote, dice la homilía.
Homilía.
Todos de pie proclaman el credo:
Creo en un solo Dios todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de
todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero engendrado, no creado, de la misma
naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo
(en las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan)
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de
nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no
tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del
Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo
bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los
muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Hermanos, por medio de Cristo, hecho Pan y alimento de nuestras
almas, presentemos al Padre nuestra oración, diciendo confiadamente:
Te rogamos, Señor.
1. Por la Santa Iglesia de Dios: para que celebre con fe el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo y se vea enriquecida con sus dones, roguemos al Señor. R/. Te rogamos Señor.
2. Por nuestro santo Padre el Papa Francisco, por nuestro Obispo
Rogelio, por los obispos y sacerdotes, ministros de la Palabra y de la Eucaristía, roguemos al Señor.
R/. Te rogamos Señor.
3. Por los gobernantes, los hombres de empresa y todos los dirigentes laborales: para que aúnen sus esfuerzos en la
consecución de trabajo y pan para todos, roguemos al Señor. R/.
Te rogamos Señor.
4. Por los enfermos y moribundos: para que sean alimentados y
conformados por la fuerza de la Eucaristía, roguemos al Señor.
R/. Te rogamos Señor.
5. Por todos los que estamos reunidos en esta celebración: para que
puesta la esperanza en el retorno de Cristo, celebremos en la
Eucaristía la prenda del reino futuro, roguemos al Señor.
R/. Te rogamos Señor.
Señor, que te dignas alimentarnos con el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nacido de Santa María Virgen, escucha nuestra
plegaria y concédenos cuanto te hemos pedido con fe. Por Jesucristo
nuestro Señor.
R/.Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Canción (te presentamos)
El sacerdote, de pie junto al altar, toma la patena con el pan y, teniéndola con ambas manos un poco elevada sobre el altar, dice en voz
baja:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahorate presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Después, deja sobre el corporal la patena con el pan.
Si no se hace el canto para el ofertorio, el sacerdote puede decir estas
palabras en voz alta; al final, el pueblo puede aclamar:
R/ Bendito seas por siempre, Señor
Después, el sacerdote toma el cáliz y, teniéndolo con ambas manos un poco elevado sobre el altar, dice en voz baja:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación.
R/ Bendito seas por siempre, Señor
Luego, el sacerdote, inclinado profundamente, dice en secreto:
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde;
que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Después, de pie en el centro del altar, extendiendo y juntando las manos, dice
Oren, hermanos,
para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo se pone de pie y responde:
R/ El Señor reciba de tus manos este sacrificio
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia.
Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, concede, bondadoso, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la
paz, significados místicamente en las ofrendas que te presentamos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PLEGARIA EUCARÍSTICA
PREFACIO II DE LA EUCARISTÍA
V. El Señor esté con ustedes
R/ Y con tu espíritu
V. Levantemos el corazón
R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios
R/ Es justo y necesario
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
El cual, en la última cena con los Apóstoles, para perpetuar el memorial salvífico de la cruz, se ofreció a ti como Cordero inmaculado, y tú lo aceptaste como sacrificio de alabanza perfecta.
Con este venerable sacramento, que alimentas y santificas a tus fieles
para que, a la familia humana que habita un mismo mundo, una misma
fe la ilumine y un mismo amor la una.
Así pues, nos acercamos a la mesa de tan admirable sacramento, para
que, colmados por la dulzura de tu gracia, lleguemos a ser imagen de
la hermosura celestial.
Por eso, todas tus creaturas en el cielo y en la tierra te adoran cantando un cántico nuevo; y también nosotros, con la multitud de los ángeles,
te aclamamos por siempre, diciendo:
El coro entona el himno:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
El sacerdote con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad;
Junta las manos y dice:
por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, Traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y + la
Sangre de Jesucristo, nuestro Señor.
Junta las manos
El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos,
diciendo:
TOMEN Y COMAN
TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión. Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:
El Sacerdote se inclina un poco.
TOMEN Y BEBAN
TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA,
NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES
Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora
haciendo genuflexión. Con las manos extendidas, el sacerdote prosigue:
Junta las manos.
V. Este es el Misterio de la fe.
R/ Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos, humildemente,
que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos
del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra;y con el Papa Francisco, con nuestro Obispo Rogelio, y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en
tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Junta las manos.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice:
Por Cristo, con Él y en Él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R/ Amén
RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las
manos juntas, dice:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación
vínculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal.
Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“La paz les dejo, mi paz les doy”
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/ Amén
El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo y juntando las manos,
añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
R/ Y con tú espíritu.
El Sacerdote añade:
Dense fraternalmente la paz.
Después el Sacerdote toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y
pone una partícula dentro del cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Mientras tanto, se canta o se dice:
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de
nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de
nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, danos la paz.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un
poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, dice con voz clara:
Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
R/ Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
COMUNIÓN
Después el sacerdote toma la patena o la píxide y se acerca a los
que van a comulgar. Muestra el pan consagrado a cada uno, sosteniéndolo
un poco elevado, y le dice: El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde: Amén.
Y comulga.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor
Cantos de Comunión (Varios)
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor Jesucristo, disfrutar eternamente del gozo de tu divinidad que ahora pregustamos, en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Terminada la comunión de los fieles, se coloca en el altar la custodia en la que se pondrá la hostia
consagrada. Dicha la oración después de Comunión, omitidos los ritos conclusivos, se organiza la
procesión.
PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO
PRIMER ALTAR
CANTO
Cantemos al Amor de los amores …
(Incensación)
LECTURA EUCARÍSTICA
Del profeta Zacarías 2, 14-15
Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti, dice el Señor.
Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día; ellas también
serán mi pueblo y yo habitaré en medio de ti.
ALOCUSIÓN
REFLEXIÓN EN SILENCIO
CANTO
Por nuestro amor oculta en el Sagrario…
(Incensación)
BENDICIÓN
PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO
SEGUNDO ALTAR
CANTO
Altísimo Señor…
(Incensación)
LECTURA EUCARÍSTICA
Del libro del Apocalipsis 7, 9-12
Yo, Juan, vi luego una muchedumbre tan grande, que nadie podía
contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los
pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del
Cordero; iban vestidos con una túnica blanca; llevaban palmas en las
manos y exclamaban con voz poderosa: «La salvación viene de
nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero». Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro en tierra
delante del trono y adoraron a Dios, diciendo:
«Amén. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el
honor, el poder y la fuerza, se le deben para siempre a nuestro Dios».
ALOCUSIÓN
REFLEXIÓN EN SILENCIO
CANTO
Los Ángeles al ver tal gloria y majestad…
(Incensación)
BENDICIÓN
PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO
TERCER ALTAR
CANTO
Pange lingua…
(Incensación)
LECTURA EUCARÍSTICA
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin
del mundo».
ALOCUSIÓN
REFLEXIÓN EN SILENCIO
PRECES
V. Alegres por el don de la Eucaristía, oremos hermanos, a Dios,
nuestro Padre, con la confianza que Él está siempre con nosotros y digámosle: te rogamos Señor.
R. Te rogamos, Señor
1. Por nuestro queridísimo Papa Francisco, por el Obispo de esta
diócesis, Rogelio, y por los Obispos del mundo entero, para que sepan guiar con sabiduría la grey que el Buen Pastor, Cristo, les ha encomendado, roguemos al Señor. R.
2. Por los que gobiernan las naciones para que trabajen por la paz
del mundo, a fin de que todos los pueblos puedan vivir en justicia
y libertad, roguemos al Señor. R.
3. Por nuestras familias, para que sean Iglesia Doméstica, fuente de
vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales, roguemos al Señor.
R.
4. Por los profesores y colaboradores del Liceo de Monterrey, para
que con su trabajo bien hecho y ofrecido a Dios aporten en la
formación de buenos hijos de la Iglesia, roguemos al Señor. R.
5. Por nuestros alumnos, para que con una vida de piedad sólida,
estudio profundo y práctica de las virtudes, sean gratos al Señor y
orgullo de la sociedad, roguemos al Señor. R.
V. Escucha, Padre del cielo, la oración de tu Iglesia, que llena de
confianza en los méritos de tu Hijo, presente en la Eucaristía, te
suplica por estos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Se hacen tres estaciones del siguiente modo:
V. En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.
R. El corazón amoroso de Jesús sacramentado.
Padre nuestro que estás en el cielo…
Dios te salve María llena eres de gracia…
Gloria al Padre…
V. En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado.
R. El corazón amoroso de Jesús sacramentado.
CANTO
Tantum ergo…
(Incensación)
V. Les diste pan del cielo.
R. Que contiene en sí todo deleite.
Oración.
V. Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
BENDICIÓN
ACTOS DE DESAGRAVIO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios, en sus Ángeles y en sus Santos.
Amén.
CANTO
Laudate Dominum…
RESERVA DEL SANTÍSIMO