Misal 

El Cuerpo y la Sangre de Cristo
Solemnidad

 

RITOS INICIALES

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 80, 17
Alimentó a su pueblo con lo mejor del trigo y lo sació con miel sacada de la roca.

El Sacerdote dice:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

El Pueblo responde:
R/ Amén

El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo, diciendo:
El Señor esté con ustedes.
R/ Y con tu espíritu.

ACTO PENITENCIAL

El sacerdote invita al acto penitencial diciendo:
Hermanos, para celebrar dignamente estos Sagrados
Misterios, reconozcamos nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos hacen en común la
fórmula de la confesión general:
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.

Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los Santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios,
nuestro Señor.

 Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R/ Amén

A continuación se siguen las invocaciones:

V. Señor, ten piedad
R/ Señor, ten piedad

V. Cristo, ten piedad
R/ Cristo, ten piedad

V. Señor, ten piedad
R/ Señor, ten piedad

Posteriormente se reza o canta el Gloria

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria,
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso.

Señor Hijo Único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre,
tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestras súplicas;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros.
Porque solo tú eres Santo,
solo tú Señor,
solo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo, en la Gloria de Dios Padre. Amén

El sacerdote, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Todos oran en silencio durante unos momentos. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la Oración Colecta.

ORACIÓN COLECTA

Señor nuestro Jesucristo, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Melquisedec presentó pan y vino.

Del libro del Génesis: 14, 18-20

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios altísimo, y bendijo a Abram, diciendo: “Bendito sea Abram de parte del Dios altísimo, creador de cielos y tierra; y bendito sea el Dios altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos”.

Y Abram le dio el diezmo de todo lo que había rescatado.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 109, 1. 2. 3. 4.

R/. Tú eres sacerdote para siempre.

Esto ha dicho el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies”. R/.

Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.

Es tuyo el señorío; el día en que naciste en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba. R/.

Juró el Señor y no ha de retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec”. R/.

SEGUNDA LECTURA

Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11, 23-26

Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: Que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.

Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él”.

Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SECUENCIA

(Puede omitirse o puede recitarse en forma abreviada, comenzando par la estrofa: “El pan que del cielo baja“).

Al Salvador alabemos, que es nuestro pastor y guía.
Alabémoslo con himnos y canciones de alegría.

Alabémoslo sin límites y con nuestras fuerzas todas;
pues tan grande es el Señor, que nuestra alabanza es poca.

Gustosos hoy aclamamos a Cristo, que es nuestro pan,
pues Él es el pan de vida que nos da vida inmortal.

Doce eran los que cenaban y les dio pan a los doce.
Doce entonces lo comieron, y, después, todos los hombres.

Sea plena la alabanza y llena de alegres cantos;
que nuestro ser se desborde en todo un concierto santo.

Hoy celebramos con gozo la gloriosa institución de
este banquete divino, el banquete del Señor.

Esta es la nueva Pascua, Pascua del único Rey,
que termina con la alianza tan pesada de la ley.

Esto nuevo, siempre nuevo, es la luz de la verdad,
que sustituye a lo viejo con reciente claridad.

En aquella última cena Cristo hizo la maravilla
de dejar a sus amigos el memorial de su vida.

Enseñados por la Iglesia, consagramos pan y vino,
que a los hombres nos redimen, y dan fuerza en el camino.

Es un dogma del cristiano que el pan se convierte en carne,
y lo que antes era vino queda convertido en sangre.

Hay cosas que no entendemos, pues no alcanza la razón;
mas si las vemos con fe, entraran al corazón.

Bajo símbolos diversos y en diferentes figuras,
se esconden ciertas verdades maravillosas, profundas.

Su sangre es nuestra bebida; su carne, nuestro alimento;
pero en el pan o en el vino Cristo está todo completo

Quien lo come, no lo rompe, no lo parte ni divide;
Él es el todo y la parte; vivo está en quien lo recibe.

Puede ser tan solo uno el que se acerca al altar,
o pueden ser multitudes: Cristo no se acabará.

Lo comen buenos y malos, con provecho diferente;
no es lo mismo tener vida que ser condenado a muerte.

A los malos les da muerte y a los buenos les da vida.
¡Qué efecto tan diferente tiene la misma comida!

Si lo parten, no te apures, solo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento entero late el Señor.

Cuando parten lo exterior, solo parten lo que has visto;
no es una disminución de la persona de Cristo.

*El pan que del cielo baja es comida de viajeros.
Es un pan para los hijos. ¡No hay que tirarlo a los perros!

Isaac, el inocente, es figura de este pan,
con el cordero de Pascua y el misterioso maná.

Ten compasión de nosotros, buen pastor, pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos y condúcenos al cielo.

Todo lo puedes y sabes, pastor de ovejas, divino.
Concédenos en el cielo gozar la herencia contigo. Amén.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51

R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre. R/.

Comieron todos y se saciaron.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 11-17

En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a los enfermos.

Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle: “Despide a la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario”. Él les contestó: “Denles ustedes de comer”.

Pero ellos le replicaron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”. Eran como cinco mil varones.

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta”. Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos una oración de acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos para que ellos los distribuyeran entre la gente. Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce canastos.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Todos se sientan y el sacerdote, dice la homilía.

Homilía.

Todos de pie proclaman el credo:

Creo en un solo Dios todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo

(en las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan)
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Hermanos, por medio de Cristo, hecho Pan y alimento de nuestras almas, presentemos al Padre nuestra oración, diciendo confiadamente:

Te rogamos, Señor.

1.         Por la Santa Iglesia de Dios: para que celebre con fe el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo; por nuestro santo Padre el Papa Francisco, por nuestro Obispo Rogelio, por los obispos y sacerdotes, ministros de la Palabra y de la Eucaristía, roguemos al Señor. R/. Te rogamos Señor.

2.         Por los enfermos y todos aquellos que sufren alguna tribulación: para que sean alimentados y conformados por la fuerza de la Eucaristía, roguemos al Señor. R/. Te rogamos Señor.

3.         Por todos los que estamos reunidos en esta celebración y toda la familia Liceo: para que, puesta la esperanza en el retorno de Cristo, celebremos en la Eucaristía la prenda del reino futuro, roguemos al Señor. R/. Te rogamos Señor.

4.         Pedimos especialmente para que Dios nos conceda el don de la lluvia y que la situación de escasez actual nos ayude a ser realmente humildes y agradecidos antes los innumerables dones de Dios, roguemos al Señor.
R/. Te rogamos Señor.

5.         Por la paz en nuestro país y en el mundo entero, para que vuelva la concordia y el buen entendimiento y todos nos tratemos con el amor propio de los hijos de Dios, roguemos al Señor. R/. Te rogamos Señor.

Señor, que te dignas alimentarnos con el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nacido de Santa María Virgen, escucha nuestra plegaria y concédenos cuanto te hemos pedido con fe. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/.Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS

El sacerdote, de pie junto al altar, toma la patena con el pan y,
teniéndola con ambas manos un poco elevada sobre el altar, dice en voz
baja:

Bendito seas, Señor, Dios del universo,
por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del
hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora
te presentamos; él será para nosotros pan
de vida.

Después, deja sobre el corporal la patena con el pan.
Si no se hace el canto para el ofertorio, el sacerdote puede decir estas
palabras en voz alta; al final, el pueblo puede aclamar:

R/ Bendito seas por siempre, Señor

Después, el sacerdote toma el cáliz y, teniéndolo con ambas manos un poco elevado sobre el altar, dice en voz baja:
Bendito seas, Señor, Dios del universo,
por este vino,
fruto de la vid y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos; él será para nosotros
bebida de salvación.
R/ Bendito seas por siempre, Señor

Luego, el sacerdote, inclinado profundamente, dice en secreto:
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y
nuestro espíritu humilde;
que éste sea hoy nuestro sacrificio y
que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

Después, de pie en el centro del altar, extendiendo y juntando las manos, dice

Oren, hermanos,
para que este sacrificio, mío y vuestro,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.


El pueblo se pone de pie y responde:
R/ El Señor reciba de tus manos este sacrificio
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien
y el de toda su Santa Iglesia.

Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, concede, bondadoso, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la paz, significados místicamente en las ofrendas que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PLEGARIA EUCARÍSTICA

PREFACIO II DE LA EUCARISTÍA

V. El Señor esté con ustedes
R/ Y con tu espíritu
V. Levantemos el corazón
R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios
R/ Es justo y necesario

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.

El cual, en la última cena con los Apóstoles, para perpetuar el memorial salvífico de la cruz, se ofreció a ti como Cordero inmaculado, y tú lo aceptaste como sacrificio de alabanza perfecta.

Con este venerable sacramento, que alimentas y santificas a tus fieles para que, a la familia humana que habita un mismo mundo, una misma fe la ilumine y un mismo amor la una.

Así pues, nos acercamos a la mesa de tan admirable sacramento, para que, colmados por la dulzura de tu gracia, lleguemos a ser imagen de la hermosura celestial.

Por eso, todas tus creaturas en el cielo y en la tierra te adoran cantando un cántico nuevo; y también nosotros, con la multitud de los ángeles, te aclamamos por siempre, diciendo:

El coro entona el himno:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Sanctus, Sanctus, Sanctus

El sacerdote con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad;

Junta las manos y dice:
por eso te pedimos que santifiques estos dones con la
efusión de tu Espíritu, Traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz

conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y + la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor.

Junta las manos
El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

TOMEN Y COMAN
TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión. Después prosigue:
 Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:

El Sacerdote se inclina un poco.
TOMEN Y BEBAN
TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA,
NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES
Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión. Con las manos extendidas, el sacerdote prosigue:
Junta las manos.

V. Este es el Misterio de la fe.
R/ Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

Así pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos
el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos, humildemente,
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
y con el Papa Francisco,
con nuestro Obispo Rogelio,
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos
que se durmieron en la esperanza de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María,
la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en
tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo
Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.

Junta las manos.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice:

Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
R/ Amén

RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las
manos juntas, dice:

Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos
confiadamente la oración que Cristo nos enseñó
antes de participar en el banquete de la Eucaristía,
signo de reconciliación
vínculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:

Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.

R/ Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria
por siempre,
Señor.

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“La paz les dejo, mi paz les doy”
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.

Junta las manos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/ Amén

El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo y juntando las manos ,añade:
 La paz del Señor esté siempre con ustedes.
R/ Y con tú espíritu.

El Sacerdote añade:
Dense fraternalmente la paz.
Después el Sacerdote toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y
pone una partícula dentro del cáliz, diciendo en secreto: El Cuerpo y la
Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean
para nosotros alimento de vida eterna.
Mientras tanto, se canta o se dice:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un
poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, dice con voz clara:

Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
R/ Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.

COMUNIÓN

Después el sacerdote toma la patena o la píxide y se acerca a los
que van a comulgar. Muestra el pan consagrado a cada uno, sosteniéndolo
un poco elevado, y le dice: El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde: Amén.
Y comulga.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor Jesucristo, disfrutar eternamente del gozo de tu divinidad que ahora pregustamos, en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Terminada la comunión de los fieles, se coloca en el altar la custodia en la que se pondrá la hostia consagrada. Dicha la oración después de Comunión, omitidos los ritos conclusivos, permanecen en adoración

Tras incensar al Santísimo colocado en la custodia, y habiendo recibido la señal acordada, comienza la procesión.

PROCESIÓN

PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO

PRIMER ALTAR

CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES,
CANTEMOS AL SEÑOR.
DIOS ESTÁ AQUÍ,
VENID ADORADORES, ADOREMOS
A CRISTO REDENTOR.

GLORIA A CRISTO JESÚS
CIELOS Y TIERRA
BENDECID AL SEÑOR.
HONOR Y GLORIA A TI
REY DE LA GLORIA
AMOR POR SIEMPRE A TI,
DIOS DEL AMOR.

 (Incensación)

LECTURA EUCARÍSTICA

Del profeta Zacarías 2, 14-15

Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti, dice el Señor.

Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día; ellas también serán mi pueblo y yo habitaré en medio de ti.

ALOCUCIÓN

REFLEXIÓN EN SILENCIO

CANTO

POR NUESTRO AMOR OCULTO
EN EL SAGRARIO,
SU GLORIA Y ESPLENDOR.
PARA NUESTRO BIEN,
SE QUEDA EN EL SANTUARIO
ESPERANDO,
AL JUSTO Y PECADOR.

GLORIA A CRISTO JESÚS
CIELOS Y TIERRA
BENDECID AL SEÑOR.
HONOR Y GLORIA A TI
REY DE LA GLORIA
AMOR POR SIEMPRE A TI,
DIOS DEL AMOR.

(Incensación)

BENDICIÓN

PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO

SEGUNDO ALTAR
CANTO

Altísimo Señor, que supiste juntar
a un tiempo en el altar,
ser cordero y pastor
Quisiera con fervor, amar y recibir
a quien por mí quiso morir.

(Incensación)

LECTURA EUCARÍSTICA

Del libro del Apocalipsis 7, 9-12

Yo, Juan, vi luego una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca; llevaban palmas en las manos y exclamaban con voz poderosa: «La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero».

Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios, diciendo:

«Amén. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza, se le deben para siempre a nuestro Dios».

ALOCUCIÓN

REFLEXIÓN EN SILENCIO

CANTO

Los ángeles al ver tal gloria y majestad,
con profunda humildad adoran su poder,
sin ellos merecer la dicha de gustar
el pan del cielo, hecho manjar.

 (Incensación)

BENDICIÓN

PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO

TERCER ALTAR

CANTO

Pange, lingua, gloriosi
Corporis mysterium,
Sanguinisque pretiosi,
Quem in mundi pretium

Fructus ventris generosi
Rex effudit gentium.

(Incensación)

LECTURA EUCARÍSTICA

Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.

Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».

ALOCUCIÓN

REFLEXIÓN EN SILENCIO

Se hacen tres estaciones del siguiente modo:

V.  En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.
R. El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

Padre nuestro que estás en el cielo…
Dios te salve María llena eres de gracia…
Gloria al Padre…

V.  En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado.
R. El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

CANTO

Tantum ergo Sacramentum
Veneremur cernui:
Et antiquum documentum
Novo cedat ritui:
Praestet fides supplementum
Sensuum defectui.

Genitori, Genitoque
Laus et jubilatio,
Salus, honor, virtus quoque
Sit et benedictio:
Procedenti ab utroque
Compar sit laudatio.

(Incensación)

V. Les diste pan del cielo.
R. Que contiene en sí todo deleite.

Oración.

V.  Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R. Amén.

BENDICIÓN

ACTOS DE DESAGRAVIO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios, en sus Ángeles y en sus Santos.
Amén.

CANTO

Laudate Dominum omnes gentes
Laudate eum, omnes populi
Quoniam confirmata est
Super nos misericordia eius,
Et veritas Domini manet in aeternum.

Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper.
Et in saecula saeculorum.
Amen.

RESERVA DEL SANTÍSIMO